
Puesto numero 3:
Libélulas de recordatorio
No solo en el mundo terrenal sucede que a veces nuestra memoria no se encuentra apta para recordar ciertas cosas cotidianas, asi como también puede jugarnos algunos trucos. De hecho en Las Planicies eso sucede todo el tiempo, constantemente nuestra mente se entretiene con tantas cosas a la vez que desordena recuerdos que quizás importantes eran. He aquí el maravilloso mundo de la naturaleza contaba con esto y es por eso que estas maravillosas criaturas son de excelente utilidad.
Preguntas y acertijos de todos los dias tales como: -donde están mis llaves? -a donde deje esos papeles tan importantes? -que comí ayer en la cena? -cuando es mi cumpleaños? -de viaje a donde me llevaron las extrañas plantas de anoche? Pueden aparecer como desdibujados recuerdos o simplemente no aparecer en los momentos de mayor urgencia y necesidad.
El trabajo de estas pequeñitas consiste en darnos una mano mientras de esto respecta, se acercan al oído y girando alrededor de la cabeza, con pequeños zumbidos en secreto nos refrescan las ideas en el momento indicado.
– adentro del zapato que estaba debajo de la mesa del comedor…ahí es donde quedo mi encendedor!
De suma utilidad, muy voluntariosas las Libélulas de recordatorio, son animalitos de bondad extrema y brindan su ayuda siempre en el momento indicado.
También pueden alertarnos ciertas veces acerca de cosas que vamos a olvidar en breves instantes sin duda. En las planicies del fantástico mundo abundan miles de criaturas con esta clase de memorias atrofiadas que encandiladas con tanta belleza y color distraen su atención en los momentos menos gratos. Gracias Libélulas de recordatorio! Especie natural de ayuda y servicio si las hay!
QUERIDAS TRIPULANTES DE LA NAVE INVISIBLE QUE PASEA POR LOS MAS TURBULENTOS VIENTOS MENTALES, LES DEJO ESTE HAIKU (AVERIGUEN QUE ES UN HAIKU SI ES QUE NO LO SABEN) SALUDOS SIGAN CON ESTO!!!
ResponderEliminarAleto.
“Cierto día, Bashö y Kikaku iban paseando por el campo y se quedaron mirando las libélulas que revoloteaban por el aire. En ese momento, el discípulo compuso este haiku:
¡Libélulas rojas!
Quítales las alas
y serán vainas de pimienta”
El Maestro respondió: “No. De ese modo has matado a las libélulas. Di más bien:
¡Vainas de pimienta!
Añádeles alas
y serán libélulas.”
Vivificar la naturaleza, no destruirla, esa era la vocación poética y vital de Bashö.
cuan cierto mi amigo! un honor que nos hallas visitado en este fantastico y colorido mundo de la mismisima imaginacion!
ResponderEliminarbienvenido tu eres! y cada quien que se anime justamente a utilizar esta herramienta de eternas posibilidades! aloha!