sábado, 16 de mayo de 2009

Seres individuales y personales

Los seres individuales y personales recrean y participan activamente según sus roles de acuerdo a la solicitud del individuo. Cada quien posee la libertad de encontrarse con ellos, meditar bajo sus energías cósmicas, tener una simple charla o conversar de temas diversos, intercambiar opiniones y mercaderías preciosas, complementar conocimientos y adquirir una leal enseñanza de la Sabiduría que ellos poseen o hasta simplemente compartir una tarde de te, backgammon y claringrillas. Habitantes y cuidadores del Templo que en la Roca Ponialbina yace, son legendarios sabios que desde hace miles de años ingresaron ahí, iluminados por la celestial enseñanza del puro mensaje del servicio del bien. Comparten habitaciones y rondan cada rincón, pero solo son visibles a quien realmente recurre a su peculiar necesidad y llamado sincero.

"Cuenta la historia que dos hermanos cruzaron las puertas de aquel templo en busca de refugio luego de caminar sin descanso largas semanas por los senderos fronterizos. Agotados y sin rumbo habíanse perdido en la región justo en tiempos sombríos en los que la invasión Porter había envuelto las tierras en negras nubes malignas de envidia, rencor y sombrías intenciones ( ya mas adelante contaremos aquella oscura parte de la historia en donde la batalla contra el mal se imponía a favor de los patanes) Por lo que casi con su ultimo aliento alcanzaron la cima. Al cruzar el portal de entrada se encontraron con un gran templo de altas columnas, corredores y vestíbulos de grandes dimensiones, imponente lugar de amplios espacios y magistrales ventanales, completamente vacío e inundado en ecos de soledad que intimidaban hasta al mas valiente. Invadidos de miedo los hermanos se miraron buscando cómplices entre ellos un poco de valor para alcanzar el salón principal que se entreveía al cruzar unas gruesas puertas de pesadas cortinas. Indefensos y llenos de temor encontraron al igual, un gran espacio vació, no había signos de que nadie hubiera recorrido aquel lugar por años. Ni abrigos, ni comida, ni un fuego que los cobijara; parecieron entender que sus días serian contados si no hallaban algún refugio para sus cansadas almas perdidas en la mismísima nada. Fue en ese momento en el que uno de ellos se arrodillo pesadamente e imploro con gran convicción que si el bien existía se manifestara en aquel instante. Incrédulo el menor de los hermanos se burlo de aquella escena, lleno de ira grito al viento que de nada servia llorar, que muertos acabarían y que ante nadie ni nada imploraría ayuda como un débil, mientras aun arrodillado su hermano comenzó a divisar algunas figuras que entre los corredores se asomaban tímidas, inspirando un real alivio y una gran sensación de paz. Indicando con sus brazos al menor la feliz aparición, intento con palabras serenar su temperamento, mirándolo directo a los ojos, transmitiendo la misma paz que hace instantes había llenado su alma, repitiendo con gran alivio e inmensa alegría –La ayuda esta ante nosotros, estamos salvados! Pero este al mirar no vio nada mas que el mismísimo vacío silencioso que desde el principio maldijo. El no pudo ver, el no quiso ver. Transformado en una gran pila de maldiciones y cegado de ira, golpeo a su hermano juzgándolo blasfemo y huyo corriendo hasta perderse en las espinosas selvas de las oscuras tierras…nunca mas se supo de su existir. Mientras tanto el mayor de los hermanos que con el alma destrozada y sin fuerzas yacía, sin poder siquiera secar sus lagrimas y la sangre que por su rostro corría, fue envuelto de pronto por suaves estelas de luz y aquellos seres de celestial mirada, acercándose por fin lo contuvieron y le brindaron el mayor de los cuidados absolutos. Lo ayudaron a cerrar sus heridas mas profundas y profesaron su enseñanza a aquel caminante que decidió creer en ellos. A aquel elegido que sus maestros mencionaban como la fehaciente prueba que manifestaría para la eternidad su voluntad de ayuda y servicio. La misión encomendada que de pronto y al fin se mostró para siempre y por siempre. O por lo menos eso cuenta un viejo topo que habita en el árbol de la Sabiduría que mantiene firmes sus raíces en el umbral del Templo desde remotos tiempos."

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